España mejora su posición en el Índice Europeo de Igualdad de Género, pero retrocede en corresponsabilidad y reparto del tiempo
España mejora a nivel europeo en igualdad de género; sin embargo, no avanza en corresponsabilidad. El Instituto Europeo de Igualdad de Género ha publicado su índice anual, con el que evalúa los avances en materia de igualdad de género de los distintos países miembros de la UE. Este índice es una referencia fundamental para el diseño de futuras políticas de igualdad de los países que conforman la Unión, pues estudia los avances o retrocesos con base en seis dimensiones.
Así, el índice evalúa estos conceptos: salud, trabajo, situación económica, conocimiento, tiempo y poder. Cada dimensión, a su vez, se compone de una serie de indicadores.
En esta edición se ha dedicado una especial atención a la salud: se han añadido indicadores en los ámbitos de la sociedad y la vida más afectados por la crisis COVID-19. La salud, tema central de este informe, explora otras tres dimensiones: el estado de salud (incluida la salud mental), los comportamientos de salud y el acceso a los servicios sanitarios.
Resultados del informe sobre el índice de igualdad de género
De forma global, los principales resultados del informe se resumen en:
- Grandes disparidades entre los países de la UE en materia de igualdad de género: hay una diferencia de más de 30 puntos entre los primeros y los últimos países de la lista.
- Los países con una mayor puntuación -sobre 100- son Suecia (83,9), Dinamarca (77,8) y Holanda (75,9).
- Los países con una puntuación inferior son Grecia (52,5), Hungría (53,4) y Rumanía (54,5).
- El aumento de la media europea en igualdad es insignificante. Esto supone una mejora muy lenta a corto plazo. Actualmente, esta se sitúa en 68 puntos, solo 0,6 más que el año anterior.
- Se prevé un empeoramiento de los datos para el siguiente informe. Los datos presentados corresponden a 2019, no se han recogido los efectos de la crisis del covid-19.
- España ocupa el sexto lugar en el índice, con una puntuación de 73,7. El país ha subido un puesto con respecto al anterior índice, principalmente gracias a las mejoras en las dimensiones “salud” y “poder”.
- España aún posee un amplio margen de mejora en el ámbito de la corresponsabilidad y los usos del tiempo, el ámbito con la puntuación más baja.
La igualdad avanza a diferente paso según los países
Como podemos comprobar en el informe, los resultados del índice varían enormemente en función del país al que nos estemos refiriendo. Los primeros países que componen la lista poseen un fuerte Estado de Bienestar, han apostado por políticas feministas y han llevado a cabo medidas efectivas para resolver el problema de la corresponsabilidad y la conciliación. En Dinamarca, por ejemplo, se ha reforzado la profesionalización de los cuidados y las ayudas a la natalidad, y se ha optado por mejorar el acceso a los servicios públicos.
Por el contrario, los países que se encuentran a la cola del índice presentan serias deficiencias a todos los niveles; especialmente, en las dimensiones de “tiempo” y “poder”. Estos dos conceptos no pueden analizarse de forma separada, ya que, si las mujeres no consiguen incorporar su visión y acción política en las principales instituciones donde se toman las decisiones, no se conseguirán políticas que intenten acabar con los privilegios de los hombres y, por tanto, nunca se acabará con las desigualdades de género.
En este sentido, es muy interesante la correlación positiva que existe de la implicación y el interés político de las mujeres con la igualdad de género. Según un estudio sobre la brecha de género en Europa, los países en los que hombres y mujeres se implican en política de forma más equilibrada, principalmente los nórdicos, son precisamente los que lideran este índice, los que presentan menor brecha de género. Por el contrario, los países en los que la implicación política es más desigual (países como Chipre, Portugal o Grecia), mayor es la brecha de género.
España: buena nota en “poder” y “salud”, suspenso en corresponsabilidad
España presenta buenos resultados en la dimensión del poder (76,9): ocupamos el puesto número 3 en este ítem, y es aquí donde mostramos una mejor evolución. Esto se debe, principalmente, a las medidas introducidas en la Ley de Igualdad de 2007, que fijaban un mínimo en la representación parlamentaria. También a la mayor incorporación de mujeres en los últimos gobiernos.
El problema es que esta tendencia no se extrapola al ámbito privado: en las empresas más influyentes, solo el 31% de los puestos de poder están ocupados por mujeres. Aunque un aumento en la representación de mujeres en las instituciones políticas no se traduzca directamente en una mayor igualdad de género, desde USO esperamos efectos positivos a largo plazo.
En el apartado de salud, que evalúa el grado de acceso a los servicios sanitarios, también obtenemos muy buenos resultados. No obstante, es necesario recordar que los datos corresponden al año 2019 y que, durante el año 2020, el sistema sanitario ha sufrido el impacto de una crisis sanitaria sin precedentes. Actualmente, España presenta largas colas de espera en atención hospitalaria y un enorme declive en los servicios de atención primaria. Además, existen problemas de calidad en el acceso al servicio público de salud reproductiva de cercanía. Son efectos que no podremos estudiar en profundidad hasta el próximo informe.
Involución en corresponsabilidad
A pesar de la buena posición de nuestro país en el ranking, hay aspectos en los que seguimos sin avanzar. Desde USO, pensamos que es, precisamente, el que está detrás de que no se avance en otros campos: el reparto del tiempo y la corresponsabilidad. Aquí es donde España presenta los peores resultados y donde se agrava la brecha de género. Tras un mal reparto de las responsabilidades familiares, se encuentran la brecha salarial, las jornadas parciales y el menor acceso de la mujer a puestos de responsabilidad, que requieren una mayor dedicación horaria.
España se sitúa por debajo de la media europea, con 64 puntos. Está a más de 10 de Suecia, el país que mejores resultados muestra en todo el índice y también en esta dimensión. Ello aleja a España de los estándares deseables. Llama la atención el hecho de que, no solo no hemos mejorado durante estos años, sino que España presenta una involución en este sentido.
Según el informe, esto se debe a la “persistente desigualdad de género en el tiempo dedicado al trabajo de cuidados y al trabajo doméstico”, una afirmación que se repite de España todos los años, en este y otros estudios. Por otro lado, en la dimensión laboral, USO observa una evolución demasiado lineal, lo que creemos debe preocupar a las autoridades públicas.
Desde USO, consideramos que España debe replantearse las políticas que se han puesto en marcha en materia de igualdad en el ámbito laboral. No basta con promulgarlas, sino que hay que vigilar su cumplimiento, tal y como se ha demostrado con la poca implantación de los planes de igualdad, que ya son obligatorios por ley.
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